¿Sabes el origen de los gremios?

Escrito por Javier Romero Tascón

El gremio era un tipo de asociación económica de origen europeo que agrupaba a los artesanos de un mismo oficio y que apareció en las ciudades medievales y se extendió hasta fines de la Edad Moderna, cuando fueron abolidas. Tuvo como objetivo conseguir un equilibrio entre la demanda de obras y el número de talleres activos, garantizando el trabajo a sus asociados, su bienestar económico y los sistemas de aprendizaje. Se ha sostenido que el gremio fue un precedente del sindicato moderno.

Ya en la antigua Grecia se conocían las asociaciones de mercaderes y artesanos, y Solón las menciona entre las organizaciones religiosas e industriales, especialmente el emporoi de mercaderes. Cada una solía estar bajo la advocación de un dios particular. Las asociaciones autónomas de mercaderes y artesanos de la época ptolemaica en Egipto son probablemente una extensión de las griegas. En Roma, la creación de los primeros colegios de oficios es atribuida al rey Numa o a Servius Tulius, pero hasta la época imperial no se encuentra evidencia de la existencia de los varios asociaciones-colegios de oficios. Esos gremios estaban organizados en comunidades locales (municipia) y se adaptaban a la organización municipal instituida tres siglos antes de nuestra era. Su base orgánica era la lex collegii y sus autoridades figuraban entre los magistri, quinquennales, u otros funcionarios públicos. Hacia el siglo cuarto de nuestra era la asociación pasó a ser obligatoria, como un servicio público controlado por el Estado, y así los gremios se convirtieron en castas hereditarias como las otras en que estaba dividida la población del Imperio.

Los gremios funcionaban como una agrupación obligada de los trabajadores de una localidad que se dedicaban a una misma profesión. Hubo en Europa desde la Alta Edad Media, época de la que datan los primeras noticias de su aparición, un crecimiento acumulativo de este tipo de asociaciones a la par que aumentaba la población y se diversificaba y segmentaba la producción. Los gremios más genuinos fueron los que tuvieron un carácter industrial, pero su éxito hizo que se generalizaran en otros colectivos del mundo agrario y comercial. No siempre este tipo de agrupaciones se denominó gremio. En la Baja Edad Media y comienzos del siglo XVI gremio era una palabra que hacía alusión genérica a todo tipo de colectivo.

Sus fines tuvieron esencialmente un carácter económico y social, consistiendo en controlar la oferta y los precios de los productos que manufacturaban, pero también velando por la prosperidad y seguridad de los miembros que los integraban.

Regulaban la actividad laboral, la formación y aprendizaje de sus asociados, estableciendo una estricta jerarquía entre ellos (aprendices, oficiales, maestros). También los amparaba en caso de desgracias como la viudez, orfandad o enfermedad, a través de pensiones, asignaciones o el mantenimiento de hospitales. Desarrollaron igualmente labores de carácter religioso expresadas en la veneración de sus santos particulares y la creación de cofradías. En cierto modo, los gremios constituyeron el antecedente de los sindicatos.

La escala laboral del gremio se estructuraba en tres niveles: aprendices, oficiales, maestros. Podía haber todo tipo de gremios. Los aprendices eran la parte inferior del escalafón y puerta de ingreso al gremio. El acceso estaba limitado pues la finalidad última de los gremios era conseguir un equilibrio armónico entre demanda de obras y número de maestros. Estaban excluidos musulmanes y judíos; e incluso quienes no pudieran demostrar limpieza de sangre, es decir, los que no fueran cristianos viejos.

A lo largo del siglo XVIII, los gremios ya eran una institución de carácter feudal  muy debilitada estaban muy debilitados y fueron desapareciendo, siendo sustituidos por la iniciativa privada, la libertad de industria y comercio propios del capitalismo. 

El desarrollo de la industria moderna y la consiguiente quiebra de los talleres artesanales arrojó a oficiales y maestros artesanos al desempleo. Durante el siglo XIX las relaciones de producción capitalistas y la creciente proletarización del trabajo desembocaron en el problema obrero. En adelante los obreros se organizarían en sindicatos y partidos políticos.

Javier Romero Tascón es alumno de 2º de ESO del Colegio Sagrado Corazón de Jesús (Zamora).